Caracas 5 de mayo de 2017 Un humilde y sentido homenaje a los guerreros de mochila y franela de mi patria Venezuela. Sin libros en la espalda Como una piedra esculpida por el miedo y por la rabia Como una estaca clavada bañada en desesperanza Estaba aquella mujer en la puerta de su casa Con la mirada perdida detrás de un velo de lagrimas Rogando desesperada al fruto de sus entrañas: ¡No salgas hijo!, ¡no salgas!, ¡no des la vida por nada! ¡No vale la pena el riesgo!, ¡no te expongas!, ¡no lo hagas! ¡No me quites la ilusión!, ¡no me quiebres la esperanza! ...que ya no me quedan fuerzas para rezar asustada porque llegues sano y salvo cuando sales a esas marchas… Con la voz ahogada en llanto gritaba desesperada sujetando por los hombros a un joven lleno de rabia que con ira incontrolable le decía estas palabras: ¡Ábreme paso mamá!, ¡no pretendas que no salga!, ¡Ya no hay retorno, viejita!, ¡porque ya no queda nada! ¡Es la hora!, ¡es el momento de hacer algo por m
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